El pasado jueves 14 de marzo dio comienzo en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico la primera edición del Curso de Formación Continua "Nuevos patrimonios, nuevas estrategias, nuevas necesidades formativas".
Organizado por el Centro de Formación y Difusión del IAPH, la Universidad de Sevilla y el MARPH, este evento formativo pretende ser un punto de encuentro para los profesionales del Patrimonio Cultural donde debatir y reflexionar sobre los nuevos patrimonios, las tecnologías, la conservación, museos y públicos. Igualmente, se plantea como escenario propositivo de nuevas líneas y contenidos de formación permanente para el sector.
En la primera sesión o módulo I se habló sobre los nuevos escenarios en la comunicación del patrimonio, con una ponencia temática a cargo de Manel Miró Alaix*, donde presentó ejemplos de proyectos e iniciativas relacionadas con la materia. La amplia experiencia de Miró, consultor de la empresa Stoa Propostes Culturals y Turistiques, sirvió como base para exponer la situación actual de oportunidad para el sector en la aplicación de nuevas tecnologías para la comunicación cultural.
A continuación se presentaron diferentes proyectos e iniciativas relacionadas con las nuevas tecnologías, tanto desde el campo de la actividad profesional como desde la de la administración cultural. Paula Vilches, Maribel Rodríguez Achútegui, Lorena Ortiz Lozano y Julio Rodríguez Bisquert fueron los ponentes de esta sección de la jornada.
Al final de la sesión se plantearon las conclusiones generales, coincidiendo en el argumento ya citado de la oportunidad existente para el profesional del Patrimonio Cultural, con la constante innovación tecnológica, de acceder a novedosas y eficaces herramientas para la difusión del trabajo patrimonial más allá de los cauces tradicionales.
Se puso en evidencia, a mi entender, la necesidad de una especialización por parte del sector, quizás demasiado esquivo a la hora de dedicar recursos en exclusiva a esta función comunicadora dada la inexistencia de demanda por parte de la mayoría de los actores involucrados en la acción patrimonial. Del mismo modo se puso sobre la mesa el tema del reparo existente acerca del carácter democrático de estas nuevas formas de comunicación que permiten la interacción con el público; el miedo a la crítica es una de las razones tras esta reticencia, especialmente significativa en organismos públicos e instancias políticas.
A modo de conclusión personal, se puso de manifiesto la excesiva dependencia de este tipo de iniciativas en Patrimonio Cultural con la financiación pública, prueba de lo cual es la situación actual de crisis galopante que atraviesa el sector de la denominada en su día 'industria cultural'. Este tiempo de incertidumbre debe servir para sentar las bases de un nuevo modelo de gestión cultural que no se sustente tan sólo del dinero público. Sin duda la mejor manera de diseñar este futuro es a través de la interacción de todos los profesionales, ahora más sencilla gracias a las nuevas tecnologías, y del debate común con administración y sociedad de las propuestas en este sentido.
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